El modernismo arruinó la feria de Zacapa

Hablando el fin de semana con mi abuelo Luis en Zacapa hice mención que ya se acercaba la feria (se celebra el 8 de diciembre en honor a la Virgen de Concepción) y le pregunté si iba a ir a algún evento.  Su respuesta, en lugar de un simple «no», fue una de sus frases que quedarán para la posteridad: «Mire Luis Pablo, yo hace tiempo dejé de ser tonto!«.   Luego siguió contándome que ahora los eventos que se organizan para la feria de Zacapa dejaron de tener la elegancia, exclusividad y cultura que tenían antes, algo acorde con la famosa frase «Todo tiempo pasado fue mejor…«.  A continuación, le hice la pregunta que generó la idea para este post: «Abuelo, ¿a qué se deberá ese cambio? ¿por qué decayó tanto la feria de Zacapa?»  A lo que respondió: «Es culpa del modernismo…«.  El modernismo (que en adelante llamaremos modernidad para no confundirlo con el movimiento literario iniciado por Rubén Darío), el cual asoció a la pérdida de nivel cultural, valores y la violencia de la sociedad zacapaneca actual.

Su respuesta me pareció simpática, pues justo acababa de leer en la novela El Idiota de Dostoievski una discusión sobre las ventajas y desventajas de la modernidad y la tecnología para la humanidad.  Un momento… ¿¿la modernidad y la tecnología tienen desventajas para la humanidad??  Pues, de acuerdo con un personaje de la novela llamado Lebediev y con mucha gente más (como mi abuelo), sí.  Según Lebediev (o Dostoievski?) la idea de que la modernidad, representada por la expansión de la red de ferrocarriles en la Europa del siglo XIX, sería para mejorar la humanidad no era del todo cierta:

«La humanidad es ya demasiado industrial y demasiado agitada«, deplora un pensador solitario.  «Sí, pero el fragor de los vagones que llevan pan a la humanidad hambrienta vale más que la tranquilidad de espíritu«, replica triunfalmente otro pensador, del que hallamos ejemplares en todas partes.  Y después continúa su camino, satisfecho.  Pero yo, el despreciable Lebediev, no creo en los vagones que transportan pan para la humanidad.  Porque, si les falta un principio moral de la acción, los vagones que transportan pan, pueden fríamente, privar de él a parte de la humanidad, como ya se ha visto que sucede a veces…

Pobre Lebediev… si en 1869 le parecía que la humanidad era ya «demasiado industrial y demasiado agitada», me imagino lo que pensaría si ve cómo vivimos ahora!  Creo que si Lebediev viera cómo pasamos como zombies la mayor parte del día frente a pantallas de diferentes tamaños  y cómo hemos perdido la capacidad de discutir temas importantes, se llevaría un buen susto.  Se asustaría de ver cómo pasamos horas viendo la vida de las Kardashians o a un «pánel de expertos» discutir por qué le costó tanto a México clasificar al Mundial de Brasil 2014.  El mal uso que hacemos de la tecnología y demás frutos de la modernidad, sumado a la «cultura del entretenimiento» nos han convertido en personas frívolas y vanales que lamentamos más la muerte de un actor de Hollywood, que las decenas de muertes diarias que ocurren en nuestro país.

El peor caso es cuando se utiliza la tecnología para crear instrumentos de destrucción, como las armas de destrucción masiva.  Albert Einstein dijo que el gran error de su vida había sido haberle enviado la carta al presidente Roosevelt acosejándole la investigación y posterior creación de la bomba atómica. Scott Berkun, en su reciente visita a Hiroshima, nos da esperanzas y cuenta que la sorpresa más agradable fue cómo los japoneses convirtieron un episodio tan horrible de la historia humana en algo positivo, dedicando a lo ocurrido museos, memoriales, parques, etc., para que hagamos conciencia sobre lo ocurrido.

Creo que, después de todo, mi abuelo Luis no está tan equivocado al culpar a la modernidad por la decadencia de la feria de Zacapa.  Pero también creo que aún estamos a tiempo de cuestionarnos seriamente cómo estamos usando la tecnología y los demás frutos de la modernidad.  Ojalá, de ahora en adelante, la usemos más para llevar «pan a la humanidad hambrienta» de educación, cultura y paz.

4 opiniones en “El modernismo arruinó la feria de Zacapa”

  1. que excelente, verdaderamente su abuelito tiene mucha razón, yo creo que también todo se debe a la falta de nuestro creador dios, todo también al consumismo. Siga adelante lo felicito

  2. 1. Uno de los problemas es que se dejó de priorizar la educación, no solo de escuela sino también de casa. Esto en el sentido de no enseñar prioridades y no permitir cuestionar o discutir qué es algo prioritario.

    2. No creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Pero sí hay cosas que no se hacen bien ahora, por lo del punto anterior. Si no se permite cuestionar o cruzar la línea no se sabría si esta línea tenía sentido o no. Mantener a la fuerza las costumbres de antes me parecería insensato.
    (*2.5 No es que falte un dios, sino que no se ha educado y acostumbrado a no necesitarlo)

    3. No creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Se ocultaban mejor las cosas, se forzaban a mantener las cosas como eran, como «debían ser», según las «buenas costumbres». Finalmente se logró liberar de varias de esas perspectivas, y por la falta de costumbre, tal vez se haya cruzado la línea en algunas -pero cómo saberlo si no se hace. Y, como leí en algún lado, la tecnología avanzó más rápido que las personas.

    4. Hay épocas. Una era muy conservadora y represora que, después de llegar a un extremo y de a pocos, hace transición a una más flexible, que también llegará a un extremo, y entonces veremos que eran necesarias ciertas restricciones, y se empezará de nuevo, pero a un menor nivel. Así hasta alcanzar un equilibrio (o nos destruyamos, lo que pase primero)

    En fin, han de existir costumbres que ya no tienen tanto sentido.
    (Y hasta dónde tendrá sentido la pregunta, no sé. Cada cosa en su lugar, pero qué tanto, no sé.)
    No debería asociarse modernización con falta de educación, siento yo, no deben de tomarse como equivalentes.

    Mientras los que vienen lean, -no consideren importante ‘vivir’ a las kardashian- y sigan el «tu libertad termina donde empieza mi nariz», siendo conscientes y curiosos de lo que los rodean, no debería ser tan preocupante. Si no pasa eso siquiera, tenemos problemas de seguro.

    Eso se me ocurre de momento.
    Saludos.

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